martes, 26 de octubre de 2010

Libres de Iniquidad

Rev 8/23/10




Ezequiel 33:13 dice: “Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo”.







¡Pon atención en la descripción que Dios hace de si mismo!



Éxodo 34:6-7 “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: !!Jehová! !!Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.



Antes de entrar de lleno a entender este tema, veamos lo que es:



Pecado: Todo lo que no proviene de fe es pecado, toda desviación a la ley de Dios, errar o desobedecer a lo diseñado por Dios, no cumplir con lo especificado por Dios para el hombre, errar al blanco.



Rebeldía: Toda desobediencia a la autoridad de Dios o gobierno puesto por Dios, Gobierno, Iglesia, Leyes, Familia. Toda transgresión, traspasar los límites de la autoridad establecida por Dios.



Iniquidad: Desviación, Perversión, Inclinación al pecado con terquedad, Maldad adquirida o heredada. Pecados ocultos y tercos, debilidades, patrón de mala conducta, malos hábitos. Lecciones no aprendidas, pecado repetitivo. (Cadena – Pecado-consecuencia)



Así pecado, rebeldía e iniquidad de acuerdo a la biblia no son lo mismo y por lo tanto son tratadas de diferente manera en la biblia, aun que con algunas cosas en común. Cualquier pecado por pequeño que lo consideremos, nos separa de la gloria de Dios. Aunque hay pecados de omisión, pecados de ignorancia y pecados que cometemos por imprudencia, aun estos nos traen consecuencias. Pero los pecados más graves por decirlo de esta manera y según la biblia, son los pecados repetitivos. ! Veamos porque!



Jeremías 17:1 dice: “El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares”.



Hay una tendencia a la maldad, muy arraigada en el corazón, esa tendencia se le llama iniquidad (pecado habitual, muy aferrado a las personas). Este pecado está arraigado, es muy terco, tanto, que está grabado con cincel en el corazón se llama INIQUIDAD y esa iniquidad trae consecuencias muy funestas. Esas consecuencias pueden jalar más consecuencias y más pecado. Todos los pecados son graves y traen maldición, pero lo mas grave de la iniquidad es el pasar esas consecuencias y pecados a las generaciones siguientes. No nada más pagaré yo por mi pecado, si no que mi familia llevará una “tendencia” a cometer el mismo pecado.



“Es importante entender esta diferencia de pecado, rebeldía e iniquidad, ya que Dios trata cada una de manera diferente”



Las consecuencias o síntomas de la iniquidad son cadenas de maldad (mas iniquidad), nunca vienen solas estas iniquidades, además de mas pecado traen consecuencias. Son una arma favorita de Satanás y la carne (concupiscencia) por el resultado de estas. Si tú Padre o tu abuelo te transmiten una enfermedad genética o un mal hábito o una mala costumbre y tus vienes a Jesucristo... El quita el pecado con su sangre, perdona el pecado y no se acordara de tu pecado, pero no te cambia el corazón de manera instantánea. Sigues viviendo en un cuerpo con fuertes pasiones y deseos muy internos, tendencias a cometer los mismos pecados de tus padres. Cuando conoces a Jesucristo como tu salvador comienzas un viaje para ser transformado, para ser cambiado.



Dependiendo de tu experiencia y de tu encuentro con Dios, ya que todas las experiencias y encuentros con Dios son diferentes de todos los que hemos llegado a Jesucristo… hay muchas consecuencias y tendencias que quedan después de ser salvos. Que permanecen como manchas, como arrugas, como contaminación. Pregúntate, ¿Soy completamente libre?, ¿Siento que hay límites en mi vida que no me dejan avanzar? ¿No estoy realizado en mi vida? ¿No he alcanzado mi propósito en la vida? ¿No conozco la voluntad de Dios para mi vida? ¿No estoy haciendo la voluntad de Dios? ¿No puedo librarme de pecados habituales? ¿Te sientes lejos de Dios? ¿Tus oraciones no son contestadas? ¿Crees que Dios no habla y responde audiblemente? ¿No puedo escuchar la voz de Dios?



Si estas fallando en alguno de estos asuntos, entonces es muy probable que haya iniquidad en tu vida. Vamos a ver varios pasajes, incluido el ejemplo del cristiano Simón en el libro de Hechos.



Proverbios 26:2 “Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.



Isaías 59:2 “pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.







Números 14: 33-34 ”Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.







Salmos 31:10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.



Hechos 8: 9-24 “Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón mismo (Se hizo Cristiano), y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, (Simón les ofreció Dinero) diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. (Quería hacer negocio $$$$$) Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto (Pecado, Iniquidad, tendencia pecaminosa, ideas falsas, pensamientos erróneos, etc.) delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad (Iniquidad), y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. (Esclavitud, Ataduras, Fortalezas). Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.



Los pasajes anteriores demuestran que la iniquidad es gravísima, por ejemplo este recién convertido a cristiano llamado Simón, necesitaba ser liberado de ataduras, prisiones y maldad (Iniquidad - Maldición). Su pecado no era querer ganar dinero y hacer negocio, su pecado era su DIOS DINERO. Puso a su DIOS DINERO delante de TODO. Tanto que creía que Dios le iba a servir a él para su propósito 100% egoísta. Su tendencia al pecado (iniquidad) lo segó para no ver más allá de solamente sus propósitos mezquinos, y esto lo estaba destruyendo. Sin el darse cuenta, pero el Espíritu le revelo a los discípulos la amargura en la que lo tenía su Dios dinero y su avaricia.



¿Cuántos cristianos están así hoy en día? ¿Cuántos cristianos no podemos avanzar más de nuestras fuerzas? ¿Cuántos cristianos sentimos el peso de algo que no nos deja avanzar? Que nos aprisiona y no nos permite escuchar la voz de Dios con claridad, mucho menos ver el propósito de Dios para habernos alcanzado. No podemos ver los propósitos de Dios, si seguimos creyendo que Dios me salvo para hacer mi voluntad.



“Recuerda iniquidades, son pecados arraigados, tercos, repetitivos, heredados o adquiridos”. Tal vez están grabados en tu ADN.



Salmos 38:4 “Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí”.



Salmos 65:3 “Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás”.



Salmos 89:32 “Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades”.



Proverbios 22:8 “El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará”.



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!!La iniquidad es gravísima!!



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¿Notaste que las consecuencias son más graves aun que la rebelión?







Jeremías 5:25 “Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien”.



Jeremías 14:7 “Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado”.



Ezequiel 33:13 “Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo”.



Ezequiel 33:18 “Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello”.



Hechos 1:18 “Este, pues (Judas), con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron”.



Salmos 94:23 “Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, Y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá Jehová nuestro Dios”.



Todos estos pasajes hacen diferencia entre pecado, rebelión e iniquidad, resaltan que la iniquidad es la que trae más maldición y más destrucción a la familia y el individuo. Es como una bala expansiva, dice también que las INIQUIDADES prevalecen. Aunque el borra el pecado Sal 65:3, pero esa tendencia está en la carne y en el corazón.



¿Quedo Simón libre de pecado e iniquidad cuando acepto a Jesucristo como su salvador? ¿O necesitaba aprender, dejarse enseñar y estar dispuesto a cambiar para poder comprobar la voluntad de Dios agradable y perfecta? Había una tendencia al pecado como una cicatriz, aunque Dios lo había perdonado, esa tendencia seguía allí por sus antepasados tal vez o su mismo pasado. Simón estaba sujeto a pasiones por sus mismas tendencias a pecar que ya traía desde antes de convertirse. Adquiridas o heredadas, no sabemos.



Simón necesitaba saber que hay una tendencia arraigada para hacer lo malo (maldad o iniquidad) en el corazón de TODO hombre. Si bien Cristo murió por los pecados, la consecuencia de la maldad (Dios lo dijo) se queda grabada. TODOS tenemos una tendencia a la maldad, heredada o adquirida, la cual tiene que ser tratada por Dios. Es por eso que debemos sujetarnos a su voluntad y no a la nuestra. Sus planes y no a los míos. Su obra y no a la mía. Las pasiones de Dios y no a las mías.



Aunque la iniquidad sea heredada o adquirida por tus antepasados, no eres la víctima, tu eres el responsable de tus pecados. El pecado esta siempre delante de nosotros, pero tú sigues siendo responsable de tus actos. Es decir todos batallamos con impulsos o tendencias a pecar, pero si tú decides pecar, a partir de ese momento eres el responsable de las consecuencias. Y esa iniquidad tiene que ser tratada por Dios.







Como limpiarnos / liberarnos de la iniquidad



Todos estos pasajes hacen una gran diferencia entre pecado, rebelión e iniquidad. Debemos entender muy bien estas diferencias. Una vez que las entendemos, debemos dar tiempo a reconocer y hacer una diferencia en cuanto a nuestra manera de vivir y la vida que Dios quiere para cada uno de nosotros. Cuando tú llegas a Dios, debes saber qué es lo que Dios quiere para ti y cuáles son sus propósitos. Debes dejarte enseñar por Dios y sus siervos, pastores y maestros, etc.



En el caso de Simón, el recibió la salvación al creer, pero su mirada no estaba en conocer a Dios más profundamente y sus propósitos, y saber cuál debería ser su nueva manera de pensar y de vivir. Traía maldad arraigada en su corazón, por herencia tal vez, porque así había vivido sus últimos 30, 40 o 50 años de vida tal vez. No lo sé.



¿Cual crees que sería la prioridad para Simón, una vez que supo que tenia maldad en su corazón? ¿Qué harías tú si tú fueras Simón? ¿Crees que Dios estaba de acuerdo con él? ¿Qué le falló a Simón? ¿La Biblia no menciona mucho de Simón, que crees que paso?



Es un tanto difícil, porque la Biblia no menciona mucho de él después de este suceso, solamente lo siguiente:



Entonces Pedro guiado por el Espíritu Santo le dijo:



“Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don (Regalo) de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto (No estás ENTENDIENDO de que se trata esto Simón), porque tu corazón no es recto (Hay Pecado, Iniquidad, tendencia pecaminosa, ideas malas, pensamientos malos, etc) delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad (Iniquidad), y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. (Esclavitud, Atadura, Fortalezas) Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.



¡Qué duras palabras!, ¿cómo te sentirías si alguien te descubre tu pecado y te habla de esa manera?



Dios no hace eso muy frecuentemente y descubre nuestro pecado de esa manera (al menos con la gran mayoría de nosotros, ¡gloria a Dios por esto! ¿No crees?). En esta ocasión tal vez fue no solo para abrirle los ojos a Simón, sino a muchos recién convertidos también. Dios puso de ejemplo a Simón, para que fuera evidente que Dios no se desvía de su palabra.



Ahora bien, hablando de la iniquidad que todos traemos cuando llegamos a Cristo, ¿Crees que esta historia sea diferente a la mayoría de los que llegan y aceptan la salvación que Cristo ofrece? ¿Cuántos problemas traemos arrastrando cuando realmente llegamos a Jesus?. Cristo perdona el pecado y te regala la salvación, ¿pero que del pecado oculto que en la primera oportunidad sale; como envidias, celos, iras, corajes, enemistades, pleitos, lujurias, sensualidad, pornografía, divisiones, adulterios, queja, murmuración, tentación, rebeldía, inmoralidad, perversión, ocultismo, espíritu de control ? etc., etc.



¿Cuántos de nosotros no estamos en prisión de amargura y en prisión de maldad? ¿Que de los pecados que no son tan obvios, porque la Biblia habla de las intensiones del Corazón (Cosas ocultas que no se ven)?. Que muchas veces son ocultas y distantes de la voluntad de Dios. Pablo lo pone en una simple perspectiva, TODO LO QUE NO PROVIENE DE FE, ES PECADO. Cuando llegamos a Cristo, la prioridad en su agenda es sacar todo la INIQUIDAD, es decir la maldad que nos hace desviarnos de la voluntad de Dios.



Esto se logra sometiéndose a Dios y pidiéndole que nos cambie y nos transforme y nos muestre nuestros impedimentos más grandes. Y seamos completamente libres! Libres! Para hacer su voluntad.



Es decir cuidarnos de las tres clasificaciones de pecado, ¿recuerdas?:



Pecado: Todo lo que no proviene de fe es pecado, toda desviación a la ley de Dios, errar a lo diseñado por Dios, no cumplir con lo especificado por Dios para el hombre, errar al blanco.



Rebeldía: Toda desobediencia a la autoridad de Dios o gobierno puesto por Dios, Gobierno o Iglesia, transgresión, traspasar los límites de la autoridad establecida por Dios.



Iniquidad: Desviación, Perversión, Inclinación al pecado, terquedad, Maldad adquirida o heredada. Pecados ocultos tercos, debilidades, patrón de mala conducta, malos hábitos. Lecciones no aprendidas, pecado repetitivo. (Cadena – Pecado-consecuencia)



Con la ayuda del Espíritu Santo, ya que es El que distingue y sabe exactamente el problema de iniquidad en nosotros. Si nosotros nos sometemos a Él y le pedimos ayuda, nos hará saber y entender nuestros problemas.



Solamente El Señor puede decirnos si nuestro problema es iniquidad y/o como tratar nuestro pecado, llámese pecado, rebeldía o iniquidad. Pide dirección del Espíritu Santo, el es el único que nos puede guía a toda verdad.







Esta es una pequeña lista de iniquidades:



Tal vez fácil de Reconocer: Pecados familiares (Sexuales, perversiones, inmoralidad, divorcio, masturbación, incesto, homosexualismo, pornografía, etc.) Malos hábitos (Comida, alcoholismo, cigarro, droga, vicios, todo lo que perjudique la salud y agreda a otras personas), debilidades (tendencias al dinero excesivo, lujos excesivos, despilfarro, propiedades, bienes materiales de una manera egoísta), tendencia (Maltrato, abuso, desprecio, ocultismo, religiosidad, control de la gente, etc). etc.



Algunas veces difícil de Reconocer: Pecado Familiares (odio a los padres o familiares, enojo, maledicencias, quejas continuas, chisme, murmuración, altanería, brujería, espiritismo, ocultismo, satanismo, control de la mente, control sobre las personas, amargura, lascivia, gritería, racismo, celos, egoísmo, hablar mal de los demás y de las cosas, maldecir, etc).



Pídele al Espíritu Santo que te revele esos pecados ocultos, esas tendencias de maldad en ti y en tu familia, que te llevan a pecar y que trajeron, que te traen y traerán consecuencias funestas a tu vida y a tu familia (maldición). Es una cadena de pecar.







Siguiente paso: Pedir perdón, confesar y rechazar:







Nehemías 9:2 “Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.



Daniel 9:3-19“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado, y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la leyde Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos. Y él ha cumplido la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén. Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad. Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz. Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente. Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.



Pedro le dijo a Simón; “Arrepiéntete y ruega a Dios”, quizá sea perdonado el pensamiento de tu corazón. ¿Porque le dijo quizá?, no porque dijera “a ver si Dios quiere”, sino por que dependía de la actitud y reacción de Simón ante su pecado.



Dios está dispuesto a perdonarnos y limpiarnos de TODA maldad (iniquidad), y David le pedía: “Límpiame mas y mas de mi maldad (Iniquidad)”.



Mal 3:2-3 “Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.”



Daniel pidió por el pecado de sus padres y los confesó. “Sabias que perdonar quiere decir soltar las cuerdas”; cuando tu perdonas, sueltas cuerdas invisibles, ataduras invisibles, influencias invisibles. Cuando Dios te perdona, suelta esas cuerdas invisibles y te hace libre.



Si confiesas, el suelta las cuerdas, esas influencias o fuerzas invisibles de maldad, que tienen derecho legal (porque Dios lo dijo) contra ti. Ya no hay derecho porque tu estas actuando con derecho legal y no hay poder sobre ti (porque Dios lo dijo).







Salmos 103:3 “El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias”.



Salmos 32:5 “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.



Salmos 51:2-3 “Lávame más y más de mi maldad (Iniquidad), Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.” (Lee todo el SALMO 51)



El confesar y el pedir perdón por tus pecados e iniquidades, abre la puerta a un camino de mas bendición, el creer en TODA la palabra y pedir la dirección del Espíritu, te dará el camino a seguir y veras la Gloria de Dios y experimentaras la verdadera libertad, la verdadera paz y verdadera alegría de servir a un Dios vivo, que nunca miente y nunca cambia.



Ahora debes hacer estas oraciones personalizadas para ti, así como Daniel oro, tú también puedes orar por los pecados de tu familia, tus antepasados, tu pueblo. Pide perdón por sus pecados, pide perdón por los pecados de tus antepasados. Pide ser limpio de iniquidad y rechaza todo pecado (vuelve a leer cuidadosamente todos estos pasajes y ora repitiendo lo mismo que oro Daniel y Nehemías, creyendo todo lo que lees). Hazlo con entendimiento y deseando ser libre de toda iniquidad heredada o adquirida. Rechaza todo pecado heredado de tus padres y pide perdón por ellos (Menciona los pecados que tu sabes que cometieron y pide dirección de Dios para que te revele algunos pecados ocultos). Reconoce que te has desviado de la voluntad de Dios.



Estas poderosas oraciones, especialmente Daniel Capitulo 9, esta clarísimo como debemos orar y clamar ser libres de iniquidad y de sus consecuencias. !Haz este pasaje una oración tuya!







¡Que Dios te bendiga y se libre en el nombre de Jesus!



Seguiré escribiendo sobre este tema, maldiciones y bendiciones.



Puedes ver otros temas que también escribí:



- “Destrucción de Fortalezas (Ideas falsas)”



- “El ayuno de Dios”







Escríbeme si te gusto y/o te quedaron dudas.



abdielsalas@live.com

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