martes, 26 de octubre de 2010

¡Hosanna en las alturas!

¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Gritaba la multitud, mientras la gente seguía amotinándose en las calles, la silueta de un personaje se veía a lo lejos de la calle, montado en un pollino (borrico) que venía a toda velocidad. La gente seguía gritando: ¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!, muchos gritaban y ni sabían porque lo hacían ellos, solo se emocionaban por la multitud. Lo único que pasaba en esos momentos, es que cada vez que gritaban, sentían una alegría, sentían algo en sus pechos que no podían explicar.




A medida que se acercaba el personaje montado en un pollino, podían ver la silueta de un hombre sonreír con alegría, con un rostro brillante que al verlo atraía por su felicidad. Los gritos siguieron por mucho más tiempo hasta que siguió su camino, algunos reconocieron a ese personaje y dijeron: ¿Quién es éste? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.



Yo puedo imaginarme la sensación que se podía experimentar en esos momentos, alguien o algunos, sensibles al mover de Dios, movidos por esa presencia de seres angelicales, sin poder verlos pero si podían sentir las ganas de gritar con todo su ser: ¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!



En mi ciudad cuando viene alguien importante, hay caravanas de guardias de seguridad cuidando y protegiendo a esos personajes importantes. Y se siente la sensación de que algo importante está pasando. Que contraste se debió haber vivido en esos momentos en el mundo invisible, ángeles protectores, escoltas, aun observadores invisibles. Mientras que en lo visible la gente ignora (pero sentía esa presencia) lo que estaba sucediendo.



Un grito desesperado se pudo escuchar que provenía del alma de un hombre, al poco tiempo ya eran muchos gritando, otros pudieron sentir como sus lagrimas se escapaban de sus ojos. Era una emoción difícil de explicar, al mismo tiempo era un deseo de lo profundo del fondo de su ser. ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna! Un grito que refleja un deseo interno de experimentar algo nuevo, algo diferente, algo real.



¡Hosanna! Es una palabra hebrea y significa, como se ha traducido en el Salmo 118:25 “Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora”. Esos gritos reflejaban un deseo de ser impregnados de la presencia de Dios.



Lo que pasaba en la gente era algo extraño, sus almas y sus espíritus sabían que necesitaban seguir gritando ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna en las alturas!, aunque en su intelecto no sabían ni lo que estaba pasando. ¡Hosanna! llegó a usarse como ¡salve!, en poesía o saludo de aclamación y bendición. En la fiesta de los tabernáculos de Jerusalén se solía cantar, lo que se llama el gran «halel», a saber los Salmos 113-118, por uno de los sacerdotes y a intervalos la multitud agitaba ramas de sauce y palmera en el aire gritando «hosanna» o «aleluya», que significa «alabad a Jehová (o sea a Dios). Así es que tanto para grandes como pequeños, la palabra hosanna les era familiar.



¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna! Una expresión de deseo de ser salvo, de ser liberado, de ser transformado, de ser revestido, de ser inundado de su presencia. Salvacion es una palabra muy completa, que significa “completos”. Sálvanos significa haznos completos! Cada vez que agitaban su ramas reían, cada vez que se movían experimentaban una pequeña porción de la presencia de Dios. Cada vez que gritaban ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna!. Decían, haznos completos (Completamente sanos, salvos, libres, santos, saludables, realizados, prosperados…).



Ellos no sabían pero estaban anunciando la salvación, la liberación, la sanidad, la bendición y la presencia de Dios en todo lugar, me faltan palabras pero esta es una explicación breve de lo que significa ¡Oh Salva! ¡Hosanna!. Una semana más tarde Jesucristo cumpliría ese deseo de sus almas y sus espíritus al morir en la cruz.



Ellos no sabían pero enfrente de ellos se estaba cumpliendo los descrito por el profeta Zacarias 9:9 “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”.



Una expresión desconocida para muchos, ¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna!, que significa: “¡Sálvanos, Sananos, libéranos, llénanos de ti, necesitamos de ti, que venga la salvación, que venga la bendición!”. Una expresión que tu alma y tu espíritu pueden entender en un momento dado.



Cuando Jesucristo pasaba por enfrente de ellos, puedo ver cada movimiento, cada sonrisa de Jesus, el estaba a punto de realizar su razón de ser y estar en esta tierra. El sabía que iba a completar la misión encomendad por su Padre, el sabia que por ese sacrificio en la cruz que valía la pena, se iba lograr lo que declara el profeta Isaías:



Isaías 53 :10-12 “Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos (bendiciones); por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.



Qué experiencia tan maravillosa se vivió en esos momentos, todos en un momento dado hemos experimentado una cercanía a Jesus, cuando Jesus pasa cerca de nosotros. En alguna situación de la vida podemos encontrarnos de frente a Jesus. Podemos ver como otros le gritan o lo adoran, podemos ver que otros solo lo ven pasar, podemos ver a otros que simplemente lo ven como un extraño, otros lo ignoran completamente, están tan ocupados.



¿Cuántas veces Jesus ha pasado frente a ti anunciado tu salvación, tu sanidad, tu milagro, tu alegría, tu paz, tu necesidad? ¿Te has detenido para ver su rostro o simplemente lo ignoras?







Esa Salvación completa está muy cerca de ti y te dice hoy, ¡ven a mi hijo, tu eres mi hijo amado, te he estado esperando, te amo con amor eterno. He deseado estos momentos de abrazarte y besarte, decirte que he dado todo por ti!. ¡Yo estoy completo en ti y tu estas completo en mi!



¡Salvación completa para ti en este día!



Abdielsalas@live.com

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